miércoles, 30 de noviembre de 2011

Mi rincón

Como expuse en otras entradas, aunque llevo bastantes años interesado en el bonsái (con momentos prácticamente de abandono), la falta de espacio y comodidades limitó bastante, no sólo la colección, sino su propio cuidado.
 
Hace unos 27 años que por primera vez había oído hablar del tema (recuerdo mi primera lectura del libro de Faust Vergés, Bonsai - Arte japonés, que hace pocos años compré de segunda mano como curiosidad y que me trae muy buenos recuerdos). De esta época datan algunos arbolillos que planté en macetas con la intención de poner en práctica lo leído en revistas como Bonsai Actual y Bonsai Autóctono que se podían conseguir por aquella época (los primeros números que compré creo que fueron el 11 y el 7 respectivamente).
 
Los estudios, la falta de medios, no tanto económicos como de tiempo, hicieron que abandonase poco a poco esos intentos. Los árboles quedaron plantados en macetas en casa de mis padres que, lógicamente, lo único que podían hacer era regarlos.
 
Allá por el 2002 volví a recuperar la afición, coincidiendo con poner disponer de un balcón, con unas cuantas horas de sol por la tarde en verano y muy poco en invierno. Por esta razón ni me interesaban los árboles de gran porte ni podía pretender gastar en ejemplares costosos, pues mis medios de cultivo no eran los más apropiados. Algunas fotografías del citado balcón.

 
 

A finales de 2010 un cambio de ubicación, en una terraza totalmente soleada, toda la mañana y parte de la tarde, hizo mi felicidad y de los árboles que tenía, recuperando alguno que había quedado en casa de mis padres y que no había transplantado quizá en 15 años (entre ellos un par de pinos un poco especiales, pues fueron plantados de semilla y tienen ahora unos 26 años).
 
Con nuevas posibilidades encaro esta afición con otros ánimos. Ahora puedo, por lo menos, regar, abonar, pinzar, defoliar,... con comodidad, y no como antes, que retirar todo para poder pasar me suponía una hora de sacar y meter los árboles del balcón.
 
Desde luego, no me planteo la adquisición de grandes ejemplares, pues mis conocimientos son limitados y no quiero cargarme ninguno. Prefiero ir practicando con pequeños ejemplares, árboles de vivero, semillas, algún acodo o recuperados del jardín. Prefiero ir despacio, experimentando, conociendo, relajándome mientras observo y cuido mis "intentos de bonsái". Disfrutando, en suma, que es de lo que se trata ¿o no?.


martes, 29 de noviembre de 2011

Divertirse con un evónimo

Esta es la pequeña historia de un proyecto al que tengo un cierto cariño, sobre todo porque nació como diversión, para ver "que sale de esto". Se trata de un Evonimus pulchellus de hoja variegada que compré en un vivero por unos 3 euros. Cuando se adquirió, en noviembre de 2007, se pensó para poner en maceta como planta ornamental, pero una vez en casa no me pude resistir a experimentar.


El mismo día podé y transplanté. Los sobrantes se plantaron en una maceta con tierra y a día de hoy siguen creciendo como planta ornamental (por ahora, no están libres de otro experimento). El arbolito que quedó... mejor poner imagen.




Como no tenía otra cosa usé como sustrato volcánica de grano muy grueso (que rompí a martillazos) y trozos de ladrillo de barro, de los comunes (que también desmenucé del mismo modo). Esta extraña mezcla dio un resultado fantástico en cuanto a calidad y cantidad de las raíces. Pongo foto (aunque un poco desenfocada).


Como ya dije en una entrada anterior, la  ubicación de mis árboles hasta este año no era muy ventajosa para su crecimiento, en un balcón con pocas horas de sol en verano y ni una hora en invierno. Por ese motivo uno de los problemas mayores con este ejemplar era el oidio, que invadía casi todas las hojas del mismo regularmente, por lo que cortaba bastante a fondo de vez en cuando para que no se extendiese. En febrero de 2009, con la misma mezcla de sustrato, su aspecto era el siguiente:



Ese año me atreví a defoliarlo, quitando totalmente las hojas y cortando las puntas de las ramas. La profusa brotación posterior, junto con el alambrado, contribuyó a hacer las ramas más compactas, siendo su aspecto en diciembre del mismo año 2009 el siguiente:


 El año 2010 siguió el mismo tratamiento, defoliado, pinzado y poda y fumigación de vez en cuando para controlar el oidio. A comienzos de 2011 se podó y transplantó, cambiándole la maceta (creo que la nueva es bastante más apropiada y más pequeña) y con un sustrato más ortodoxo (akadama + volcánica), estrenando además su nueva ubicación, en una terraza soleada.


A lo largo del año, excepto algún pequeño pinzado y alambrado, se dejó crecer a sus anchas, incluso los brotes que salían de la parte inferior del tronco, quedando pendiente para este próximo 2012 una pequeña reestructuración de la longitud de las ramas (sobre todo en la zona superior). Del oidio, debido a la buena insolación y ventilación, no tuve más noticias. Así es su estado actual:


Desde luego, no es ninguna maravilla, pero teniendo en cuenta que se trató de un experimento, no quedó mal de todo, y todavía puede ir mejorando con unos añitos más. Es de destacar la facilidad de su cultivo, siempre que tenga aireación y sol, lo bien que admite el alambrado, reducción del tamaño de hoja con defoliado y pinzado y la facilidad para brotar de cualquier parte de ramas y tronco.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Heráldica de don Cayetano Gil Taboada (V)

Seguimos en esta entrada con la heráldica de este personaje existente en el palacio episcopal lucense. Se trata de otras cuatro labras, situadas en el claustro y que se disponen en las cuatro fachadas del mismo, en el centro del piso superior, todas con las mismas armas, pero con diversas variantes, diferenciándose dos tipos, en caras opuestas del patio, según su ornamentación y hechura de los emblemas, manteniendo la forma exterior de óvalo.

FACHADA NORTE

La torre es roquera, con cierta perspectiva y con un óculo claramente visible, cobijado un león linguado. Al timbre capelo del que penden las doce borlas y acolada cruz sencilla trebolada.


FACHADA SUR

En el primer cuartel, la torre es muy similar a la anterior, es decir, roquera, con cierta perspectiva y con un óculo como vano.
Acolada, cruz simple trebolada. La línea que delimita el campo del óvalo y la división de los cuarteles está formada por cuentas esféricas.


FACHADA DE LEVANTE

La torre en esta caso no es roqueira, sino que se dispone sobre una especie de plataforma. El león, subido a la plataforma y de la misma altura que la torre, tiene un pliegue bajo el abdomen que lo hace parecer vilenado, aunque no es así (el término vilenado se emplea preferentemente cuando, en armerías policromadas, el sexo figura de distinto esmalte que el cuerpo). Acolada cruz sencilla trebolada.


FACHADA DE PONIENTE

Es muy similar al anterior, de tal manera que son difíciles de apreciar las diferencias, principalmente en pequeños detalles en la ornamentación. El león, linguado y vilenado, apreciándose perfectamente el miembro viril. Acolada de cruz de una traviesa, trebolada.


domingo, 27 de noviembre de 2011

Medalla del Hospital de Lalín

El año 2010 tuve ocasión de adquirir en un conocido portal de subastas una pieza interesante para la historia de Lalín en el siglo XX.
 
Se trata de una medalla, de la cual no conozco otra referencia, conmemorativa de la intención de fundar un hospital en Lalín por parte de varias asociaciones de Hijos del Partido de Lalín (Buenos Aires, Montevideo, Avellaneda y La Habana).
 
La pieza es metálica, con un diámetro de 28 mm y posiblemente de bronce. El estado de conservación es casi perfecto.

ANVERSO

La leyenda CHARITAS e, ocupando el centro de la medalla, efigie alegórica.



REVERSO

Texto dispuesto en dos círculos concéntricos y una zona central. En el medio la cruz-espada de Santiago:

HIJOS DEL PARTIDO DE LALIN EN B. AIRES, AVELLANEDA, MONTEVIDEO Y HABANA /
FUNDADORES DEL HOSPITAL - ASILO /
Y CASA PARA /
COLEGIO EN LALIN /
PIEDRA FUNDAM. /
20 ENERO 1913


sábado, 26 de noviembre de 2011

Sufrimientos de un pequeño olmo chino

Esta es la historia de un olmo chino (de los llamados Zelkova parvifolia) de 8 años procedente de un centro comercial, regalo de un amigo. Normal en cuanto a su formación y con un sustrato de los habituales... malo. Recientemente había comenzado a interesarme de nuevo por el bonsái, después de años de abandono, por lo que me pareció un regalo maravilloso para incrementar la colección. La primera imagen corresponde al 2003, aún con etiqueta.


Años después, después de un par de transplantes, la mejora había sido muy pequeña. Los errores en el cuidado, desde la perspectiva actual, garrafales. En primer lugar, la mezcla de sustrato original fue sustituída por una basada en tierra de jardín con arena, o sea, de lo mejor... La maceta que se le puso, pequeñita, para que quedase más bonito. La ubicación, en un balcón orientado al oeste, hacía que recibiese el sol una horita al día, por la tarde. Esto unido a poco abono hacía que no hiciese falta pinzado, ya que las brotaciones eran muy débiles. La siguiente imagen corresponde a julio de 2007.


Ese mismo año observé un detalle: unos abultamientos en las ramas que no sabía lo que eran. Investigando un poco descubría que era una infestación de cochinilla (viendo de nuevo las fotografías de aquella época hasta se pueden apreciar), por lo que procedí a irlas retirando a mano y aplicando insecticidas variados, fruto de la inexperiencia.
 
En su época se transplantó a una maceta un poco mayor y un sustrato de grano un poco más grueso, podando ramas y quedando casi con el esqueleto. Vemos una imagen de enero de 2008.


Se dejó crecer sin exceder ni pinzado ni poda, pero aún así no crecía en demasía. La cochinilla se iba controlando un poco (no de todo) con su extracción a mano y el uso de aplicaciones de Listerine diluido. En el transplante se observó que una raíz muy gruesa estaba muerta, por lo que se cortó y retiró lo más posible, dejando un hueco entre las otras y constatando que parte del tronco estaba muerto. Estas imágenes son de marzo de 2009.


Nueve meses después, motivado quizá por el sustrato (esta vez akadama) y el abono, el crecimiento era bastante bueno, pero las raíces no me gustaban y la cochinilla seguía campando a sus anchas, no había manera de acabar con la infección. La imagen es de diciembre de 2009.


Así estuvo otro año más. Durante ese tiempo se intentó de todo, pero ni crecía ni podía con la plaga. Con el consejo de mi padre, que lo hacía para los frutales, llegado el año 2011 me decidí a ser drástico. A primeros de marzo se sacó de la maceta, se lavaron y podaron las raíces y se cortaron todas las ramas. En el tronco, bajo la corteza, se observan cochinillas (¡que bien escondidas estaban las malditas!). Remedio: cepillo de dientes y una disolución al 50 % de lejía (normal, de la del suelo) y agua. Mi padre usaba la lejía diluida para fumigar tronco y ramas una vez han perdido las hojas los frutales. Cepillé concienzúdamente todo el tronco, incluido el arranque de las raíces, desprendiendo las cortezas y en varias pasadas. Al finalizar, un aclarado debajo del grifo.
 
Como no tenía muchas esperanzas de su supervivencia, lo planté en una maceta normal, con una mezcla de sustrato formado por restos de turba, akadama, gravilla, volcánica... lo que había sobrado de otros transplantes. El aspecto era el siguiente:


Y, finalmente, a fecha actual, este es el resultado:


No sólo no murió, sino que los brotes alcanzan los 60-70 cm, aunque los apicales ya se habían cortado a mediados del verano, porque se disparaban totalmente. El tronco engrosó, cerrando heridas casi totalmente. De cochinillas, ni rastro. Ahora ya me puedo plantear hacer un acodo e injertos para mejorar su apariencia, cosa que antes, con el poco vigor que tenía, no podía ni soñar. Desde luego aprendí varias lecciones con este pequeño olmo.
 
MORALEJA: La lejía me funcionó para acabar con la plaga de cochinilla; los olmos chinos son durísimos; yo no tenía (ni tengo, vamos) idea de como cuidar los bonsáis.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Heráldica de don Cayetano Gil Taboada (IV)

El pazo episcopal de Lugo, conocido vulgarmente como Obispado, se sitúa hacia la fachada norte de la catedral, en la plaza de Santa María. Edificado a finales del S. XV, fue reedificado por don Cayetano Gil Taboada, por lo que sus armas aparecen en varios lugares del edificio.



En la fachada, sobre la entrada principal y bajo una ventana se sitúa la representación heráldica, de hermosa factura barroca. Por debajo una cabeza de monstruo con ornamentación vegetal, perteneciente al dintel de la puerta.
 
A ambos lados de la labra existe una larga inscripción que sitúa la obra:
 
ESTE PALACIO / Y OBRA SE HIZO
Y FINALIZO SIEN / DO OBISPO Y SEÑOR DE
ESTA CIVDAD EL / ILUSTRISIMO SEÑOR DON CAIETANO
GIL TABOADA NA / TURAL DE SAN ESTEVAN DE
BARCIA ARCY / PRESTAZGO DE
DEZA EL AÑO / DE 1743


La labra, hermosamente orlada con decoración vegetal, reproduce las armas de los Gil y Taboada. Como particularidad, citar la clara disposición de la torre donjonada como roquera, con sus vanos bien marcados e incluso las gárgolas de las esquinas de cada piso de la misma. Siniestrada de un león rampante, que más que empinado al castillo, como en los otros ejemplos, figura "escalador" por las rocas. Acolada una cruz potenzada de una traviesa sostenida por un ángel y timbrada de capelo del que penden doce borlas, como corresponde a los obispos.


En una próxima entrega me ocuparé de otras cuatro labras heráldicas existentes en el mismo edificio.


miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cestillas de abono... de diseño

Para abonar nuestros arbolitos, como todos sabemos, no es conveniente depositar el abono directamente encima del sustrato, pues al deshacerse puede perjudicar el drenaje.


Las cestas de abono, sean con pincho o sin él, aunque duran mucho tiempo, resultan un poco caras, aunque son prácticas.


En muchos de mis árboles, sobre todo aquellos que están en un estado temprano de formación, acostumbro a realizar las cestitas de forma artesana. Probé con rejilla doblada en forma circular, pero también era un problema pues quedaban los restos en la maceta. Últimamente las hago de otra manera.
 
Los materiales son muy sencillos de conseguir: un pedazo de alambre, tapones de botellas de plástico y clavos de diversas medidas.


Calentamos el extremo del alambre, por ejemplo en un hornillo de la cocina de gas, en las brasas, mientras hacemos una parrillada, ... y realizamos unos agujeros en el tapón (mejor uno que coincida en el centro, aunque no tiene mayor importancia).


Introducimos un clavo por un agujero y ya tenemos la cestita preparada. Además el clavo se va oxidando y aporta un poco de hierro al sustrato, que no hará mucho, pero mal no le hace.


Además, hay diferentes tamaños de tapones, y para árboles en formación grandes, podemos hacerlo con otro tipo de envases y clavos un poco más grandes.


Con la ventaja añadida de poder usar yogures desnatados, natillas o postres variados. Todo ventajas, vaya.


(Después de la foto puse la vaca a pastar, que ya le tocaba limpiar la hierba)

Heráldica de don Cayetano Gil Taboada (III)

En la ciudad de Salamanca, se conserva el monasterio de la Anunciación (llamado vulgarmente de las Úrsulas, por la congregación que lo regentaba en sus primeros momentos), fundación de Alonso I de Fonseca, continuador de una primera dotación de Sancha Maldonado, tía de este último, en 1480. Por este motivo, son numerosas en sus muros las piedras armeras de los Acevedo, Fonseca, Ulloa y Aldao (o Maldonado).




Cerrando el recinto del convento corre una tapia en la que se abre, en la calle de Bordadores, una puerta de arco de medio punto de grandes dovelas sobre la que se dispuso una labra heráldica relativa a don Cayetano, bajo cuyo mandato se hizo el Archivo del Tribunal Metropolitano que el arzobispado de Santiago tenía en Salamanca y a cuya entrada corresponde esta puerta.



La labra heráldica, plenamente barroca en su ornamentación, como corresponde a la época, trae en campo partido, las armas de este arzobispo de Santiago, es decir Gil y Taboada. Como comentario citar que, mientras la representación habitual de las armas de los Taboada son cuatro tablas, don Cayetano acostumbra a representar sólo tres.
 
Al timbre, corona marquesal y capelo del que penden diez borlas a cada lado. Acolada cruz de una traviesa, mitra (en la que no se aprecian las ínfulas, pero sí la ornamentación del tejido) y bordón.


Con la siguiente entrega nos trasladaremos a Lugo, al palacio episcopal.

martes, 22 de noviembre de 2011

DOS PEQUEÑINES MÁS

Para comenzar las entradas referidas al bonsái, este fin de semana pasado, en un centro comercial de la zona me autoregalé otros dos arbolitos. No son ninguna maravilla, pero acababan de llegar, estaban en muy buen estado, ambos brotando con fuerza y comenzando a florecer. Como me interesaron las especies y el precio era bastante razonable, después de varias vueltas, los compré.
 
El sustrato, como acostumbra, penoso, duro como un ladrillo. Las macetas, tokoname de categoría, quedarán después para cultivar alguna plantita. Como en dos o tres meses ya procederé al transplante, y vistos los inviernos que hay por aquí, descarto ahora incluso ponerlos en maceta mayor sin tocarle las raíces (que por cierto se veían muy sanas, en un cepellón bien compacto).
 
Una vez transplantados, suprimida alguna ramilla para aclarar un poco la copa y con unos añitos, pueden hacer unos arbolitos decentitos, sin llegar a ser una maravilla, pero así vamos trasteando con ellos.
 
El primero, un Ilex microphylla.




El segundo, un Buxus harlandii, que me gustó por la hoja de tamaño tan pequeño. Le puse algo de musgo para proteger las raíces superficiales.


Armerías de don Cayetano Gil Taboada (II)

Continuamos nuestro periplo por la heráldica de este egregio personaje dezano refiriéndonos al solar de su linaje, el pazo de Barcia, en la parroquia homónima del ayuntamiento de Lalín.
 
Ascendiente de nuestro arzobispo era Gregorio Gil Varela, escribano real por las primeras décadas del siglo XVII, hijo de Clemente Varela, también escribano, en este caso del coto de Cristimil, y de Margarita Taboada, hija y heredera de Gómez Taboada de Barcia. De este matrimonio nace el linaje de los Gil Taboada, de relevante descendencia, que tuvo como solar el citado pazo de Barcia, cuya estampa podemos apreciar en la imagen.



En el portalón de entrada del pazo de Barcia se emplaza la que suponemos más antigua representación de la unión entre los Gil y los Taboada, datable de finales del siglo XVII.


Se trata de un óvalo armoriado, con el campo cuartelado en cruz. En el primero cuartel unas bandas acompañadas en el cantón diestro del jefe de una flor de lis, posiblemente esquemática representación por los Varela. En el segundo cuartel un león con tres luceros, por los Gil. En el tercero tres calderas y dos ruedas, de los Taboada de Deza. Y cuarto un castillo sobre ondas adiestrado de dos conchas de vieira, por los Churruchaos. En el escusón tres lises de los Varela.
 
Al timbre, yelmo con penachos de buena factura en su ornamentación. A los lados del mismo dos vientos, uno masculino y otro femenino (se representan como ángeles soplando; si fuesen cuatro aludirían a los cuatro vientos: Céfiro, Septentrión, Solano y Austro).



En la próxima entrada abordaremos la labra heráldica existente en Salamanca.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Armerías de don Cayetano Gil Taboada (I)

La figura de don Cayetano Gil Taboada es relevante en la historia de Deza. Nació en la parroquia de San Esteban de Barcia, del ayuntamiento de Lalín, el 7 de agosto de 1688, en el seno de una familia hidalga de gran importancia en el panorama nobiliario dezano (sin ir más lejos su tío fue don Felipe Gil Taboada, arzobispo de Sevilla).
 
Como resumen de su extenso currículum, fue rector del colegio de Fonseca, canónigo de Santiago, Inquisidor en la Inquisición de Sevilla y Santiago, Obispo de Lugo desde el 1735 y Arzobispo de Santiago de Compostela desde 1745 hasta su fallecimiento en 1751.
 
Precisamente, en estos últimos años, mientras ocupaba la archidiócesis compostelana, se lleva a cabo la gran obra de la fachada del Obradoiro de la catedral compostelana.


En esta fachada campean las armas de nuestro personaje, a la derecha según se mira de la gran pieza heráldica con las armas del rey de España. De hermosa factura barroca trae en el primer cuartel las armas de los Gil y en el segundo las de los Taboada. Al timbre, corona marquesal, y por encima el capelo, del que penden doce borlas. Acolada, cruz de dos travesas treboladas, asomando por la parte inferión la contera del bastón de la cruz, que apoya sobre la omnipresente concha de vieira.


Seguiremos próximamente con otras armerías del mismo personaje.

Un comienzo

Es difícil la primera entrada, y más difícil será continuar, pues mi deseo es conjugar mis dos grandes aficiones (o pasiones): la investigación histórica sobre la tierra de Deza y el bonsái. La primera, un medio de conocer la historia de nuestro entorno material, patrimonio, heráldica, genealogía... La segunda, una excusa para comenzar a conocer, amar y respetar nuestro entorno natural, mientras cuidamos y mimamos uno a uno cada árbol que poseemos, o que, de cierto modo nos posee.
Cuando alguien me pregunta como puedo saber lo poco que voy conociendo de la historia de Deza siempre le contesto que son muchos años de investigación para eso. Cuando alguien me pregunta si tengo algún bonsái, siempre le digo que no, que tengo "intentos de bonsái".
Eso, en resumen, es lo que si fuese posible intentaría, divulgar algo de lo que en años de investigación fui conociendo de nuestra historia, e intentar compartir un poco de bonsái, para intentar aprender de muchos que más saben.
Como inicio, valga la fotografía que se usó en la portada del Anuario de Investigación Descubrindo, editado este año 2011, que figura con el título de "Espallando cultura", que se podría traducir por "esparciendo cultura" o "difundiendo cultura", al igual que el diente de león esparce las semillas al viento.
Gracias y pido indulgencia con las entradas futuras (que a saber que sale de aquí).